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El protocolo de estimulación ovárica es muy importante para poder obtener una buena respuesta al tratamiento, ya que no sólo hay que conseguir un alto número de óvulos sino que éstos también deben ser de buena calidad.

En todos los métodos de reproducción asistida es vital que la mujer se someta a una estimulación ovárica para aumentar la cantidad de óvulos en sus ovarios, y así tener más posibilidades de éxito de embarazo. Es importante saber que durante el ciclo menstrual espontáneo, inician su desarrollo muchos folículos dentro de cada ovario, pero cuando uno de ellos alcanza un tamaño mayor se produce una inhibición del crecimiento de los demás. Con el tratamiento de estimulación ovárica se intenta que se desarrollen, hasta la madurez completa, varios de estos folículos.

Cabe destacar que el protocolo de estimulación ovárica es muy importante para poder obtener una buena respuesta, ya que no sólo hay que conseguir un alto número de óvulos sino que éstos también sean de buena calidad.

El tratamiento de la estimulación ovárica consiste en inducir una ovulación múltiple mediante medicaciones hormonales. Es un proceso que habitualmente dura entre 8-14 días. Durante este tiempo la paciente deberá recibir una inyección diaria de unas hormonas llamadas gonadotropinas (la FSH y la HMG). Éstas pueden ser inyectadas vía subcutánea o intramuscular (dependiendo de la pauta de medicación que su médico haya escogido para ella). Esta pauta se establece a partir de diversos factores de la paciente como la edad, la morfología de los ovarios, la masa corporal, la analítica hormonal y la respuesta a la estimulación en ciclos previos.

La administración de estas hormonas para producir la estimulación ovárica suelen empezar el segundo o tercer día de la menstruación. Durante todo el proceso se hacen controles regulares mediante ecografías y análisis de sangre para controlar el crecimiento y maduración folicular y determinar el mejor día para realizar la extracción de los óvulos.

Las dosis hormonales pueden variar. En ciclos anovulatorios o para realizar una inseminación artificial, se administran dosis bajas; en las fecundaciones in vitro (FIV), son más altas, para conseguir varios folículos y conseguir más ovocitos para fecundar.

Cabe señalar que es posible realizar el tratamiento de la FIV sin estimulación ovárica, pero las posibilidades de lograr un embarazo evolutivo son inferiores al 5% y no todos los centros la realizan.