La inseminación artificial con semen de donante (IAD) consiste en depositar los espermatozoides procedentes de donante en el aparato genital femenino, habitualmente en el interior del útero. Sólo se diferencia de la inseminación artificial conyugal (IAC) en la procedencia de los espermatozoides, que en este caso son de donante.

Como en la inseminación artificial convencional, es posible realizar el tratamiento sobre un ciclo natural o bien utilizar medicación para estimular los ovarios y/o inducir la ovulación. Así mismo, es posible depositar la muestra de semen en la región paracervical (cuello del útero) o bien en el interior del útero.

El procedimiento más frecuente consiste en estimular suavemente los ovarios mediante la administración de hormonas (gonadotropinas) e inducir la ovulación mediante un segundo fármaco (HCG). Alrededor de 36 horas después de la inyección de este segundo fármaco se introduce la muestra de semen de donante previamente tratada en el interior del útero. Este procedimiento se realiza coincidiendo con la ovulación de la mujer.

La Inseminación artificial con semen de donante (IAD) es una técnica sencilla y relativamente económica que presenta unas tasas de éxito muy altas en relación a su simplicidad. Está indicada principalmente en mujeres sin pareja o con pareja femenina. También se puede recurrir a ella en parejas heterosexuales en las que exista un factor masculino muy severo.

A pesar de que hoy en día casi la totalidad de los casos de infertilidad masculina severa son salvables, las técnicas necesarias pueden ser muy complejas, costosas y en ocasiones presentan bajas tasas de éxito. Algunas de estas parejas pueden optar por la donación de semen, al ser un tratamiento mucho más sencillo.

La probabilidad de embarazo por ciclo de inseminación artificial con semen de donante se sitúa alrededor del 25%. En el caso de no conseguir el embarazo, no se suelen realizar más de cinco o seis ciclos, aunque el mayor número de los embarazos se consiguen en los primeros tres primeros intentos. Ante el fracaso de varios ciclos de inseminación artificial con semen de donante, en la mayoría de casos es recomendable la fecundación in vitro con semen de donante.

Uno de los aspectos fundamentales para el éxito de este proceso es la calidad de la muestra de semen y su capacidad fecundante. Algunos centros tienen su propio banco de semen, otros colaboran con bancos externos. Para más información puedes visitar nuestro apartado sobre los donantes y el funcionamiento de los bancos de semen.

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