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Un equipo de investigación español inserta microchips en embriones para reducir a cero el riesgo de que a una mujer se le transfiera un embrión equivocado en un proceso de fecundación in vitro, el método más usado en técnicas de reproducción asistida.

Científicos españoles han logrado insertar un microchip en embriones de ratón para evitar errores en su identificación.

La investigación, liderada por Elena Ibáñez, de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), tiene por objetivo disminuir al máximo el riesgo de que una mujer se le transfiera un embrión equivocado en un tratamiento de fecundación in vitro (FIV), una técnica que ya ha permitido el nacimiento de más de tres millones de niños desde su invención en 1978.

No obstante, Ibáñez comenta que, hasta el momento, ha habido pocos errores. Según explica la experta, el sistema de identificación es una placa de silicio parecida a una alfombra de 10 metros de largo y seis de ancho, pero un millón de veces más pequeña.

La especialista aclara que el chip cuenta con agujeros que componen un número en código binario (observable mediante microscopio) que se vincula al nombre de la madre. A día de hoy, los embriones se identifican mediante un código escrito en el recipiente, cosa que facilita los errores, según indica la líder de la investigación.

Cabe destacar que la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida ha dado luz verde para seguir adelante con este estudio con embriones humanos procedentes de clínicas de fertilidad españolas.

El propósito del equipo de investigación es introducir el embrión con el chip en el útero materno y que se libere de él al perder su cubierta en el momento previo a la implantación.

El sistema, patentado y publicado en la prestigiosa revista científica Human Reproduction, ha mostrado limitaciones en ratones, ya que algunos embriones conservaron el chip. En este sentido, Ibánez ha manifestado que los códigos son inocuos, pero quieren que esto no ocurra en ningún caso.

La FIV es una técnica que se realiza en el laboratorio y consiste en poner en contacto uno o más óvulos de la paciente con los espermatozoides de su pareja. El objetivo es facilitar y lograr el embarazo. Una vez los ovocitos son fecundados, el embrión o embriones resultantes son cultivados y observados en el laboratorio, algunos de ellos son transferidos dentro del útero de la paciente pocos días después, dando lugar a un embarazo en un 25-35% de los casos. Los embriones restantes que presentan un buen desarrollo pueden ser también congelados.