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El aborto de repetición es uno de los problemas ginecológicos que resulta más frustrante para la pareja y se define como la pérdida espontánea de dos o más gestaciones. Se calcula que aproximadamente entre el 1 y el 2% de las parejas presentan aborto recurrente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como la interrupción espontánea del embarazo antes de la semana 21 de gestación y que acaba con la muerte y expulsión de un feto de ≤500gr de peso.

Los expertos explican que este tipo de abortos, certificados clínicamente mediante análisis hormonales o ecografías, son la complicación más frecuente del embarazo, produciéndose en un 15% de las gestaciones. Cuantos más abortos consecutivos se produzcan más posibilidades habrá que exista una patología que los origina, siendo así más probable que se vuelva a producir, en caso de nuevo embarazo, la pérdida gestacional.

Diversos estudios señalan que aproximadamente entre el 1 y el 2% de las parejas presentan aborto recurrente. El síntoma más común de amenaza de aborto es el sangrado vaginal, acompañado o no de intenso dolor en el vientre. Sin embargo, una cuarta parte de las gestantes presentan pequeñas pérdidas de sangre durante las fases primarias del embarazo y, de éstas, aproximadamente el 50% llevan la gestación a término.

Este tipo de abortos pueden darse por diferentes motivos como es el caso de anomalías cromosómicas, alteraciones anatómicas del útero (malformaciones del útero) o por factores diversos (endocrinos, infecciosos, inmunes, ambientales y/o de la coagulación).

Cabe destacar que cuanto más precoz es el aborto mayor es la posibilidad a que se deba a una alteración cromosómica. Los especialistas señalan que alrededor del 60% de los abortos de repetición son de causa genética.

Principalmente hay dos situaciones que llevan a la formación de espermatozoides y óvulos anómalos cromosómicamente, y por tanto también a la formación de embriones anómalos. La primera es cuando algún miembro de la pareja es portador de alguna alteración cromosómica equilibrada. Y la segunda es cuando la dotación cromosómica de todas las células del cuerpo es normal pero la reducción de cromosomas (meiosis) se lleva a cabo irregularmente.

Las patologías endocrinas más recurrentes suelen ser la insuficiencia de la fase lútea, el síndrome del ovario poliquístico, niveles elevados de la hormona prolactina, la diabetes y los trastornos tiroideos graves.

Los factores infecciosos suelen localizarse a nivel del embrión o feto, a nivel de tejido placentario o a nivel endometrial (endometritis). Los abortos de repetición causados por factores inmunes son aquellos originados por causa desconocida en la sangre materna, en la que se forman anticuerpos que generan la muerte del embrión.

Otra de las causas que originan este tipo de abortos son las pérdidas fetales causadas por anomalías en los factores de coagulación debidas especialmente a deficiencias en sustancias antitrombinas en sangre, formándose coágulos en el territorio vascular que impiden un desarrollo correcto del lecho placentario.

No obstante, no hay que olvidar los factores ambientales. En este sentido, el consumo excesivo de café y alcohol, el tabaquismo o la exposición a gases anestésicos durante el embarazo pueden también ocasionar este tipo de abortos.