La niña Ryleigh Shepherd fue concebida el mismo día que sus hermanas gemelas Megan y Bethany, pero mientras que los dos embriones de las mayores fueron implantados en un tratamiento de fertilidad en 1998, el de Ryleigh permaneció congelado más de diez años.
Una familia británica formada por Lisa y Adrian Sheperd ha tenido trillizas idénticas con once años de diferencia entre las dos primeras y la última hija. Los Sheperd se casaron en 1994 y cinco años después tuvieron a las gemelas Megan y Bethany a través de un tratamiento de fertilidad. Ahora, acaba de nacer la tercera de sus hijas, Ryleigh, con uno de los embriones congelados.
No es de extrañar que Ryleigh Shepherd sea la imagen de sus dos hermanas de once años de edad cuando eran bebés, ya que a pesar de haber nacido en siglos diferentes, las tres fueron concebidas al mismo día. Mientras que los embriones de las gemelas fueron implantados en su madre en 1998, el de Ryleigh fue congelado durante más de una década.
Todo empezó cuando la señora Shepherd y su esposo se casaron en 1994. Ellos estaban dispuestos a formar una familia, pero ella había sido diagnosticada con endometriosis y ovarios poliquísticos, por lo que conocía que sus posibilidades de quedar embarazada eran escasas.
Entonces, la pareja decidió someterse a un tratamiento de reproducción asistida en el que se obtuvieron 24 óvulos de Lisa, 14 de los cuales fueron fecundados con éxito con el esperma de Adrian. Dos de estos embriones se implantaron y el resto se congelaron. Nueve meses más tarde nacieron las gemelas Megan y Bethany.
Cuando las niñas cumplieron nueve años, el matrimonio consideró la opción de tener otro bebé y así fue, la pareja regresó al centro de reproducción asistida para realizarse otro tratamiento de fecundación in vitro (FIV) utilizando los embriones congelados durante diez años.
La particularidad del caso es que Ryleigh no es una hermana pequeña más, sino la copia genética viviente de sus hermanas mayores. Es la tercera trilliza, concebida a la vez que ellas, sólo que nacida once años después.
Cabe destacar que, hasta el momento, el record de longevidad de un embrión lo tiene una mujer de Nueva York que lo mantuvo veinte años congelado. En este sentido, los médicos no se atreven a poner la mano en el fuego sobre cuánto tiempo puede conservarse el embrión así pero todos coinciden en que los adelantos científicos permiten ser optimistas.
En la actualidad, se calcula que hay unos 400.000 embriones congelados en Estados Unidos. Su mantenimiento no es gratis ya que puede costar entre 200 y 300 dólares mensuales, con lo cual no es habitual que las familias los conserven tanto tiempo como han hecho los Shepherd. Muchos de estos embriones almacenados acaban donados a parejas incapaces de producirlos y otros se han usado para obtener células madre, una opción que algunos se muestran contrarios.
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