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El equipo de Institut Marquès demuestra a partir de nuevas imágenes que, después de una transferencia embrionaria, el útero se mueve para mantener el embrión dentro de la cavidad uterina e impedir así que sea expulsado o implementado en un lugar inadecuado. El hallazgo se ha presentado este fin de semana en el Congreso Alpha Conference de Londres y ha ganado el premio a la mejor presentación.

En las imágenes se observa cómo la microgota de medio de cultivo que contiene los embriones sale a través del catéter y el ginecólogo la deposita a 1, 2 o 3 cm de distancia del fondo del útero. A continuación, la microgota se desplaza por la cavidad endometrial con movimientos ondulantes, vibratorios, lentos, rápidos y con fases de reposo. Pasada una hora, la microgota con los embriones en su interior ha variado su posición respecto a la distancia del fondo del útero donde se depositó inicialmente.

Para el trabajo se realizaron videos de ecografías durante y después de la transferencia embrionaria a 18 pacientes que habían realizado un ciclo de Fecundación In Vitro. Estos videos se repitieron en todos los casos cada hora durante las cuatro horas siguientes a la transferencia de embriones. En las imágenes se observa cómo los movimientos que tienen lugar en el endometrio permiten que se coloquen los embriones, independientemente del lugar dónde los haya depositado el ginecólogo.

Según la Dra. Marisa López-Teijón, Jefa de Reproducción Asistida de Institut Marquès y autora del estudio, “este trabajo muestra que no es tan importante como creíamos en qué lugar de la cavidad uterina depositamos los embriones; el útero ya se encarga de colocarlos en el sitio más adecuado”. En este sentido, la doctora añade que “en muchos centros todavía se indica a las pacientes que después de la transferencia de embriones guarden reposo absoluto en las primeras horas y relativo en las horas siguientes. Ellas viven ese tiempo con angustia, incluso temen ir al baño por miedo a expulsar los embriones y se sienten en parte responsables de mantenerlos dentro del útero. Este hallazgo nos permite cambiar estas pautas médicas y en consecuencia reducir el estrés que todo esto genera en las pacientes”.

Las ondas endometriales, descritas por el Dr. Van Gestel en el año 2007 en la revista Fertility and Sterility, son movimientos peristálticos que se inician en el miometrio subendometrial. Probablemente su función es mantener el embrión dentro de la cavidad endometrial y depositarlo en el lugar más adecuado, evitando la expulsión del útero y la implantación en el istmo (parte del útero entre el cuerpo y el cuello del mismo) o en el cuello, ya que la implantación del embrión fuera del endometrio supone un riesgo muy elevado. Estas ondas endometriales se generan también cuando una mujer se queda embarazada de forma natural, cuando los embriones llegan desde una trompa al útero.