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Diversos estudios aseguran que el 70% de los donantes de semen prefieren mantener su anonimato ya que la gran mayoría de ellos señala que renunciaría a hacerlo si tuviera que revelar su identidad.

El Gobierno francés ha aprobado un proyecto de ley para poder levantar el anonimato de los donantes de semen, una medida polémica que puede reducir las donaciones.

El texto, que será debatido por las cámaras, prevé que los hijos nacidos de semen de donante puedan rastrear la identidad de su padre biológico, algo que hasta ahora era imposible en Francia.

La norma, que en ningún caso tendrá carácter retroactivo, impondrá que todo donante de esperma autorice que el futuro descendiente pueda, en el momento que lo desee, conocer su identidad. Cabe destacar que este punto es el que más polémica ha creado hasta el momento, ya que las asociaciones de promoción de la inseminación artificial estiman que puede disuadir a los donantes.

Según los resultados de varios estudios, el 70% de los donantes de semen desea que se mantenga el anonimato en este tipo de donaciones y, de ellos, el 60% asegura que no donaría su esperma si tuviera que revelar su identidad.

No obstante, los expertos indican que la medida tiene un impacto limitado, puesto que de los 50.000 niños nacidos en Francia fruto de una donación de semen desde 1973 apenas un centenar se han interesado por la identidad del donante.

Cabe señalar que no sólo las asociaciones de promoción a la inseminación artificial están en contra de la medida tomada por el gobierno francés sino que los padres legales de los hijos nacidos de esperma de donante tampoco apoyan el texto ya que la gran mayoría de ellos son contrarios a revelar la identidad del donante de gametos.

Por otro lado, la ley cuenta también con sus defensores, quienes sostienen que en el Reino Unido el número de donantes creció cuando en 2005 se levantó el anonimato.

El Gobierno francés asegura que con esta medida intenta tener más en cuenta los intereses de los niños y pretende también responsabilizar la donación sin imponer al donante la obligación de revelar su identidad.