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La marihuana podría provocar que los espermatozoides gastasen su energía antes de llevar a cabo su cometido: fertilizar el óvulo.

Yuriy Kirichok, de la Universidad de California en San Francisco, afirma que los espermatozoides deben permanecer inmóviles durante su paso por el tracto reproductivo para no desgastarse y reducir sus posibilidades de llegar hasta el óvulo.

Los científicos conocen bien el hecho que la actividad del espermatozoide depende de su pH interno, pero Kirichok y sus colaboradores han encontrado el canal celular por el que se produce el paso de los protones, al que han llamado “poro Hv1”.

Una vez en el tracto reproductivo femenino, el pH interno de los espermatozoides cambia, con lo que su patrón de movimiento se acelera y esto les permite cubrir el último tramo hasta el óvulo.

El doctor Kirichok afirma que la apertura del canal de membrana responsable de estos cambios se puede producir por distintos factores fisiológicos, pero también por la exposición a un endocannabinoide llamado anandamida, una sustancia presente en los tractos reproductivos, tanto en el masculino como en el femenino.

Según el estudio, que ha sido publicado por la conocida revista científica Cell, los endocannabinoides son lípidos generados por nuestro organismo de forma natural y que se hallan en alta concentración en los alrededores del óvulo. Estas sustancias actúan en el cerebro sobre los mismos receptores que los cannabinoides, moléculas presentes en la marihuana.

Ésta podría ser la explicación del mecanismo por el cual se ha vinculado a la marihuana a la infertilidad masculina: su componente activo aceleraría el mecanismo del movimiento de los espermatozoides, que se da lugar de forma fisiológica una vez dentro del tracto genital femenino. De este modo, se desgastaría su metabolismo y se reduciría su energía almacenada mucho antes de depositarse en la vagina, reduciendo por lo tanto sus posibilidades de llegar hasta el óvulo.