Si pasado un año de relaciones sexuales sin protección anticonceptiva la pareja no consigue el embarazo, es posiblemente el momento de visitar a un especialista en fertilidad.
En principio se recomienda que una pareja que desee tener un hijo consulte al médico tras un año de mantener relaciones sexuales. Es importante que en la primera visita de esterilidad acudan ambos miembros de la pareja para conocer y entender el proyecto común que se les plantea. Sin duda, el primer contacto con la pareja es fundamental para ganar su confianza y establecer un vínculo entre médico-paciente.
La finalidad de la primera visita para la pareja es conseguir una valoración global de la situación, iniciar el estudio de la mujer y planificar las pruebas necesarias.
Las pruebas que suelen solicitarse en una primera visita de esterilidad son cuatro: la valoración de la función ovárica, el estudio ecográfico basal, la valoración de la permeabilidad tubàrica y la solicitud de un seminograma.
En primer lugar, la prueba de la valoración de la función ovárica permitirá saber si existe ovulación. Se considera que una mujer ovula cuando presenta ritmos menstruales cada 26 a 36 días. No obstante, es conveniente profundizar el estudio de la ovulación.
La ovulación puede confirmarse mediante varios métodos: con el registro de la temperatura basal (método sencillo pero poco preciso y algo tedioso para la mujer), con una biopsia de endometrio, forma biológicamente interesante de demostrar la síntesis de esteroides ováricos a través de su efecto sobre el tejido endometrial (esta técnica resulta poco precisa, molesta e incluso dolorosa, por este motivo se suele practicar directamente una analítica hormonal). Ésta última consiste en un análisis de sangre para determinar las hormonas que activan la ovulación. Estas hormonas son la folículo estimulante (FSH), la hormonaluteinizante (LH) y estradiol en la fase peculiar precoz y también se suele realizar un análisis de progesterona y prolactina a mitad de la segunda fase del ciclo.
La ecografía también permite observar la ausencia de signos de hidrosálpinx y la presencia de malformaciones, miomas o pólipos endometriales. En el caso de sospecha de patología ovárica o uterina conviene profundizar en el estudio por histeroscopia, endoscopia o laparoscopia.
Otra prueba importante es la valoración de la permeabilidad tubárica. Se realiza mediante la prueba llamada histerosalpingografía, que tiene como objetivo determinar si éstas son permeables y no va a existir por lo tanto un impedimento físico al tránsito de los espermatozoides en su camino hacia el óvulo.
Por último, se solicita la prueba del seminograma. Exista o no cualquier anomalía en esta prueba es conveniente remitir el varón al andrólogo, quién profundizará el estudio del paciente para establecer la causa de esterilidad y poder elaborar un plan de tratamiento.
Cabe señalar que en algunas ocasiones, convendrá solicitar pruebas complementarias que permitirán profundizar en algunos aspectos del estudio realizado.
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