El doctor José Remohí, copresidente del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) reflexiona acerca del retraso de la maternidad y los motivos que llevan a la mujer a ser madre por segunda vez a edades avanzadas. Remohí informa sobre las posibilidades de embarazo que tiene una mujer de edad avanzada y da a conocer las herramientas de las que disponen los especialistas para mejorar los resultados. En este sentido, el copresidente del IVI recuerda la importancia de las técnicas de selección embrionaria, que ayudan a elegir el mejor embrión.
El copresidente del IVI hace incapié en la nueva técnica de congelación de óvulos llamada vitrificación, que el mismo Instituto Valenciano de Infertilidad trajo de Japón y empezó a utilizar de forma pionera en España en el año 2006, tras la aprobación de la Ley de Reproducción Asistida. «Hasta la llegada de la vitrificación la donación de óvulos se planteaba como un trasplante de órganos, ya que todo el circuito giraba alrededor de la donante», asegura Remohí. Con la vitrificación, la receptora pasa a ser el centro del programa, es decir, cuando está lista para empezar el proceso, se procede a la desvitrificación de óvulos. Remohí asegura que la vitrificación ha permitido eliminar la listas de espera, la sincronización entre donante y receptora y ha aumentado la seguridad de la donación.
¿Porqué la mujer decide retrasar la maternidad?
Existe un cambio social que lleva a la mujer a retrasar la maternidad, pero no sólo a retrasarla, sino también a concebir el segundo hijo en edades avanzadas, situacioń que hace años ni se planteaba. Llega un momento en la vida de la mujer en el que tiene plenitud laboral, social y económica y, teniendo un hijo de 16 años, por ejemplo, se plantea volver a ser madre por segunda vez.
¿Qué posibilidades de embarazo tiene una mujer de edad avanzada?
Estas pacientes tienen una dificultad importante para conseguir el embarazo, aunque los resultados han mejorado mucho. Hace 10 años, las mujeres mayores de 40 años no se quedaban embarazadas con sus propios óvulos. Hoy por hoy, existen embarazos con óvulos propios hasta los 45 años.
El conocimiento de la fisiopatología del ovario no ha cambiado mucho durante estos años y, además, la genética nos dice que después de los 40 hay un incremento de alteraciones en la carga genética de los óvulos que conllevan dificultades para quedarse embarazada o tener un mayor número de abortos.
¿Cómo pueden mejorarse los resultados?
Durante los últimos tiempos hemos analizado las pocas herramientas terapéuticas de las que disponemos para mejorar estos resultados como, por ejemplo, la utilización de andrógenos. Por otra parte, algunos estudios que critican el uso del Diagnóstico Genético Preimplantacional para mujeres de edad avanzada como única indicación han sido revisados de forma muy exhaustiva, y hemos comprobado que cuando se analizan uno por uno los estudios se obtienen realmente mejores resultados, siempre dentro de unas limitaciones.
¿Y las técnicas para elegir mejor el embrión?
Cada vez se van a desarrollar más técnicas para seleccionar el embrión. Clásicamente, nos hemos basado en parámetros morfométricos que siguen siendo válidos. Sin embargo, cuando vemos que las tasas de implantación en una situación favorable son de alrededor del 40 y 42%, significa que aún queda mucho por mejorar, y que cuando se transfieren embriones de buena morfología a mujeres de buen pronóstico que no se quedan embarazadas no sabemos aún el porqué.
Las causas pueden ser endometriales o embrionarias. Con las causas embrionarias todavía queda mucho por conocer. El embryoscope, todas las ómicas, y la batería de técnicas que estamos desarrollando para identificar al mejor embrión van a ser bienvenidas en el futuro. Con el embryoscope, por ejemplo, ya hemos aprendido mucho.
¿Cuál es el papel la vitrificación de óvulos en los tratamientos?
Cuando el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) trajo esta técnica de Japón y empezó a utilizarla en España de forma pionera, todavía existía muy poca experiencia al respecto. El gran ausente en las técnicas de reproducción asistida era la congelación de óvulos. Hasta entonces se podían congelar embriones y biopsiar sus células, incluso la clonación terapéutica y la creación de líneas celulares se ha llevado a cabo antes de la congelación de óvulos. Con el tiempo, la técnica se ha hecho mayor, y los centros la han ido incorporando a medida que se han ido consiguiendo buenos resultados. Al fin y al cabo no existía una alternativa a la congelación estándar.
Esta técnica ha permitido cambiar la filosofía de trabajo en relación a la donación de óvulos. Teniendo en cuenta que, en España, más de un tercio de las pacientes realizan donación de óvulos, la vitrificación ha permitido eliminar la lista de espera, la sincronización entre donante y receptora y aumentar además la seguridad de la donación, porque permite cumplir la cuarentena.
Hasta la llegada de la vitrificación, la donación de óvulos se planteaba como un transplante de órganos y todo el circuito giraba alrededor de la donante. Con la vitrificación, la receptora pasa a ser el centro del programa: cuando ella está lista se procede a la desvitrificación, con lo que se aumenta el confort y la seguridad del proceso.
¿Hacia dónde camina la reproducción asistida?
Hacia ser lo más eficaces posible con el menor coste físico, fisiológico o psíquico posible, y hacia aumentar las tasa de éxito con un sólo embrión.
Deja tu comentario