La influencia de los factores ambientales en la fertilidad masculina es uno de los temás más controvertidos en salud ambiental. ¿Los hombres son cada vez menos fértiles, con menor cantidad y calidad de espermatozoides? Si es así, los principales sospechosos serían los plásticos y los pesticidas.
La idea de que la cantidad de espermatozoides disminuye con la influencia de los factores ambientales se instaló en la década de los 90 con un estudio alarmante de un equipo de investigadores de Dinamarca. El esperma, según aquellos resultados, había disminuido un 50% entre los hombres estudiados entre 1938 y 1991, una tendencia mundial que continuaría. Ahora, 15 años de investigación por parte del mismo equipo danés no revelan esta reducción.
Muchos científicos criticaron la calidad del estudio publicado en los 90 y citaron ciertas fallas, como la ausencia de métodos estandarizados para recolectar o analizar el semen, sesgos en la selección de los candidatos, y diferencias en el período que los hombres esperaban para eyacular antes de recolectar el semen. «El estudio causó problemas y alarmó a la sociedad sin posibilidad de reconocer ciertas debilidades de los datos y su análisis», opina Dolores Lamb, presidenta electa de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva.
La influencia del estudio causó revuelo en la comunidad científica: fue citado en 1.000 estudios posteriores. Algunos de estos trabajos sostenían que la cantidad de espermatozoides estaba disminuyendo, mientras que otros afirmaban lo contrario. En 1999, la Academia Nacional de Ciencias, tras estudiar los datos existentes, anunció que no había podido llegar a un consenso.
Fertilidad masculina
En tanto, el equipo de investigación danés comenzó otro estudio, en el que analizó anualmente muestras de semen de varones de 18 años a los que se les realizaban exámenes de aptitud física para el servicio militar. En 15 años, reunieron 5.000 muestras para analizar. Según Lamb, este estudio supera a otros anteriores. Los datos pertenecen a hombres de la misma edad y de una zona geográfica (la cantidad y la calidad del esperma pueden variar según la región). El análisis del esperma es más sensible que antes y, con 15 años de información, cualquier disminución de la cantidad o la calidad del semen habría sido evidente, cosa que no ha sucedido.
Una vez finalizado el estudio, el equipo de investigación danés no publicó los resultados. Pero la información se difundió de manera inusual. Niels Jorgensen, autor principal del estudio, le envió los resultados al responsable del Ministerio de Salud de Dinamarca, que había financiado la nueva investigación. El ministro ordenó publicar la información en el sitio oficial del Ministerio de Salud.
La comunidad de investigadores reclamaba su publicación desde hacía tiempo. «Pedimos los resultados porque son de interés público», señala el investigador Jeans Peter Bonde, del Hospital Universitario de Copenhague, que ha publicado y analizado los datos en la revista Epidemiology. Bonde asegura que son «la mejor información longitudinal disponible sobre semen».
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