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La edad ideal para concebir un hijo va desde los 25 a los 35 años, según los especialistas. Sin embargo, más del 40% de las mujeres que hoy recurren a los tratamientos de reproducción asistida tienen más de 40 años.

Una de cada cinco mujeres tiene su primer hijo después de los 35, según estudios recientes. Por fortuna, la mayoría de estas mujeres tiene embarazos y bebés saludables. Sin embargo, los mismos estudios indican que, después de esa edad, las mujeres están expuestas a riesgos especiales, como dar a luz un bebé con defectos congénitos relacionados con los cromosomas, siendo el Síndrome de Down el más común.

De cada 2.000 mujeres de veinte años sólo una puede tener un bebé con defecto congénito, pero las posibilidades se incrementan cuando se trata de madres que pasan de los 40, según Rafael Camacho, director de la Unidad de Medicina Reproductiva de Imbanaco (Colombia). Se estima que de cada 120 mujeres mayores de 40, una puede tener un hijo con alteraciones cromosómicas.

La hipertensión, la diabetes gestacional y la preclampsia son las enfermedades a las que están expuestas las madres mayores de 40. Además, las madres que son primerizas a partir de los 40 tienen tres o cuatro veces más probabilidades de sufrir aborto espontáneo y también de padecer partos más largos que, en muchos casos, se llevan a cabo mediante cesárea.

La fertilidad de las mujeres

Aunque las posibilidades de tener un bebé completamente sano no cambian mucho entre los 30 y los 40, sí lo hace el perfil de la madre, ya que ésta es más madura y cuenta con más experiencia y estabilidad.

Ser madre a partir de los 40 tiene sus ventajas. A partir de esa edad, muchas mujeres cuentan con estabilidad económica y, emocionalmente, están más preparadas para afrontar la responsabilidad de criar un bebé. Incluso pueden estar más preparadas para cuidar de la salud del niño, gracias a su experiencia indirecta con otros pequeños o a los conocimientos recogidos durante su etapa adulta. A esta edad, la mujer también está mucho más capacitada para amamantar y suele tomar mejores decisiones en cuanto a alimentación.