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Según el Instituto Marquès, las niñas que corren un riesgo mayor de que se les avance la pubertad son las hijas adoptadas y las hijas de inmigrantes que llegan a nuestro país por reagrupamiento familiar.

Según ha alertado Leonardo Marquès, director del Instituto Marquès de Ginecologia de Barcelona, la mejora alimentaria que supone el hecho de emigrar a otro país puede ir acompañada de un sobrepeso o de un cambio de metabolismo en la niña, cosa que la hace madurar antes de lo debido a causa de una producción de hormonas femeninas prematura.

Esta es una situación que, si se detecta tarde, puede provocar trastornos emocionales y una parada en el crecimiento de las niñas. Según Marquès, las niñas que se trasladan a vivir en un país nuevo, como puede ser el caso de España, pueden vivir esta situación.

La aparición prematura de la pubertad se asocia, entre otras cosas, al sobrepeso, ya que la grasa es fuente de hormonas femeninas. Los médicos consideran que la pubertad de una niña se avanza cuando su desarrollo sexual llega entre los 8 y 10 años. Cabe destacar que si este desarrollo sexual llega antes de los 8 años se considera ya enfermedad.

El Insitut Marquès explica que una indicación para detectar una pubertad prematura es fijarse en el volumen mamario de la niña. Si ésta ya tiene volumen a los 8 años de edad querrá decir que a los 10 años ya tendrá su primera menstruación, cosa que evidencia que es una edad temprana si se tiene en cuenta que el resto de chicas no la tendrán hasta los 12-13 años. Esta situación puede afectar psicológicamente a la niña y hacerla sentir un poco rara y diferente de las demás.

Cabe señalar que con el desarrollo sexual también se paraliza el crecimiento de las niñas, cosa que puede suponer una diferencia de altura de hasta siete centímetros según la edad que esas niñas tengan la primera menstruación.

Ante estos posibles problemas de pubertad temprana, el centro ginecológico Marquès recomienda a esas niñas un tratamiento hormonal para retardar su desarrollo sexual.