La transferencia embrionaria es el proceso mediante el cual se depositan los embriones fruto de un tratamiento de fecundación in vitro en el útero de la mujer. Es el momento culminante de todo el proceso y su ejecución puede determinar el resultado del mismo.

La técnica de transferencia embrionaria debe tener en cuenta dos aspectos fundamentales: preservar la calidad de los embriones y no dañar el endometrio.

Al iniciar la transferencia de los embriones, éstos se encuentran en el incubador, en condiciones óptimas para el cultivo embrionario. El paso de los embriones del incubador al útero debe ser lo menos nocivo posible para los mismos.

Por su parte, el endometrio de la mujer debe presentar un buen aspecto ecográfico en el momento de programar la transferencia, de modo que se infiere que se encuentra en estado de buena receptividad. Existen tests para valorar la receptividad endometrial, o análisis de sangre que nos pueden ayudar determinar el momento de la transferencia, como por ejemplo la concentración de progesterona en sangre.

Idealmente, la transferencia embrionaria debe ser un proceso sencillo, indoloro y rápido. El catéter de transferencia se introduce por el cuello del útero (o cérvix) y se avanza hasta el tercio superior del mismo, punto en el que se liberan los embriones, con sumo cuidado para no dañar la pared del útero (o endometrio). Habitualmente el proceso se monitoriza mediante ecografía abdominal.

En algunos casos no es posible acceder a la cavidad uterina mediante el cérvix. Lesiones anteriores o malformaciones pueden convertirlo en impermeable, siendo necesaria en este caso la transferencia transmiometrial, es decir, a través del miometrio. Se trata de un proceso mucho más complejo e invasivo, que afortunadamente es necesario en muy pocas ocasiones.

 

¿Qué día se realiza la transferencia?

Los embriones humanos pueden mantenerse en cultivo fuera del cuerpo de la mujer hasta 6-7 días, por lo tanto técnicamente la transferencia embrionaria se puede llevar a cabo en cualquier día previo.

Habitualmente, los embriones se mantienen en cultivo hasta tres días después de la fecundación para observar su evolución y poder clasificarlos en función de su potencial. En otras ocasiones el cultivo se prolonga hasta 5-6 días, en una técnica conocida como cultivo a blastocisto.

 

¿Cuántos embriones se transfieren?

El número de embriones a transferir se debe decidir en cada caso particular, valorando las distintas opciones de forma conjunta con la o los pacientes.

La ley española de reproducción asistida permite transferir hasta tres embriones. Sin embargo, con el fin de evitar las complicaciones de las gestaciones múltiples, la tendencia es a transferir cada vez menos embriones.

En los últimos años, la técnica de criopreservación de embriones ha mejorado mucho su rendimiento. En la actualidad es cada vez más frecuente transferir un único embrión y congelar el resto. Si se transfiere un sólo embrión, la tasa acumulada de éxito entre la primera transferencia y dos transferencias de embriones congelados es comparable a la de transferir tres embriones en el mismo intento. Lógicamente, la tasa de embarazo múltiple se anula, pero esta decisión tienen connotaciones económicas puesto que se deben realizar más intentos.

Todos estos aspectos deben ser valorados por los pacientes, junto con su situación personal. Según la Sociedad Española de Fertilidad, aunque la tendencia en el número de embriones transferidos es a la baja, en la mayoría de ciclos de fecundación in vitro se transfieren dos embriones.

 

¿Qué tiempo es necesario hasta conocer el resultado?

Una vez realizada la transferencia embrionaria, es necesario que el embrión finalice su desarrollo e inicie la comunicación molecular con el endometrio necesaria para que se produzca la implantación. El único modo de conocer con certeza si existe un embarazo en curso es determinar la cantidad de gonadotropina coriónica humana en sangre. Esta hormona (conocida como beta HCG) es sintetizada por el embrión y sus niveles llegan a ser detectables a partir de los catorce días después de la transferencia embrionaria aproximadamente. Este período de tiempo entre la transferencia embrionaria y la prueba de embarazo se ha conocido como la betaspera.

En el caso de que la prueba de embarazo en sangre resulte positiva, se recomienda comprobar ecográficamente la gestación transcurridas dos semanas.

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