Extirpación de uno o ambos testículos. Si la orquiectomía es total también se extirpará el epidídimo y parte del cordón testicular; si es parcial sólo se extirpará la parte funcional del testículo, dejando el resto de estructuras.

En los testículos es donde se produce la mayor cantidad de testosterona, que es la hormona masculina. Cuando se realiza una orquiectomía habrá una disminución de la producción de testosterona y, en algunos casos, puede ser de ayuda en el tratamiento de cáncer de próstata, ya que si bien no lo cura, lo puede reducir considerablemente.

La orquiectomía es una intervención sencilla que normalmente no requiere ingreso hospitalario. No obstante, la mayoría de los hombres son reacios a ser sometidos a esta intervención debido a que en un 90% van a presentar una disminución de la libido e impotencia. Otros, aunque en menor proporción, también pueden presentar sofocos, anemia, ginecomastia, mastalgia, osteoporosi, aumento de peso, disminución de la masa muscular, fatiga, disminución de la agudeza mental y disminución del colesterol HDL.

Existe también el riesgo de posibles complicaciones tales como sangrado, infección, dañado del tejido nervioso o estructuras adyacentes, reacción a la anestesia, etc.

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