La implantación es la acción de depositar el embrión fecundado en el interior del útero. La implantación se produce cuando el embrión, en estado de blastocisto, se adhiere a la pared interna del útero, llamada endometrio, y penetra en el interior de la misma para seguir desarrollándose.

El estado de blastocisto se logra entre el quinto y el sexto día después de la formación del embrión. Cuando la transferencia embrionaria se lleva a cabo, a los dos o tres días después de la recuperación de los óvulos, el embrión continúa su proceso de división celular dentro del útero, y no se implanta hasta dos o cuatro días después.

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