Grupo de hormonas femeninas producidas fundamentalmente en los ovarios. Son los responsables del desarrollo de las características físicas de la mujer madura. Los estrógenos también tienen un papel importante en la tensión de la piel, estabilizan y hacen los huesos más fuertes y tienen un efecto importante en los vasos sanguíneos.

Es en la pubertad cuando el nivel de estrógenos en los ovarios aumenta. Esto hace que se produzca la maduración de la vagina, el útero y las trompas uterinas. El aumento del nivel de estrógenos también influye en el crecimiento de los conductos mamarios. Durante un período aproximado de veinticinco años se van a mantener los niveles de estrógenos hasta iniciar un descenso progresivo que culminará con la menopausia de la mujer.

Las armas de las que dispone el organismo para combatir este descenso de estrógenos son la producción de dos hormonas por parte de la hipófisis: la hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH).

En el organismo, los estrógenos desempeñan diversas funciones, ya que no sólo actúan a nivel del aparato reproductor sino que también colaboran en la distribución de la grasa corporal, influyen en el metabolismo de las grasas y el colesterol de la sangre, estimulan la libido y la pigmentación de la piel, contrarrestan la acción de otras hormonas, juegan un papel importante en la formación de colágeno, etc. La disminución de estrógenos puede alterar el comportamiento emocional de la mujer haciendo que se produzcan en ella cambios de humor, irritabilidad e incluso depresión.

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