También se denominan características sexuales secundarias y son aquellos cambios anatómicos y fisiológicos que se producen, dotando de las características propias (aparte del sistema reproductor) que diferencian la anatomía y fisiología de hombres y mujeres. Estos cambios se desarrollan en la pubertad, por la acción de las hormonas sexuales (testosterona, estrógenos y progesterona).

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