Embrión en su quinto día de desarrollo que está constituido por un número aproximado de 200 células. También se conoce como fase de blástula y es el estadio de desarrollo previo a la implantación del embrión en el útero materno.

Las ventajas de transferir un blastocisto cuando se realiza una fecundación in vitro (FIV) son el poder seleccionar mejor los embriones, ya que en esta fase su capacidad implantatoria es mayor. Esto hace también que se limite a uno, máximo dos, los blastocistos que se van a transferir, con lo que se consigue reducir el riesgo de que se produzcan gestaciones múltiples.

Otra de las ventajas es la que al ser la fase previa a la implantación, permite que entre el estadio embrionario y la receptividad endometrial exista una sincronización más fisiológica.

La legislación actual de reproducción asistida española permite realizar la transferencia de estos embriones entre el día 4 o 5, facilitando así la supervisión de su correcto desarrollo con lo cual se escogen los mejores por selección natural y se obtienen unas tasas de implantación más altas.

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