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Uno de los principales factores que determina el éxito de un tratamiento de fecundación in vitro es la respuesta de los ovarios a la medicación administrada. Un mayor número de óvulos permite obtener más embriones y por lo tanto elegir el que tenga mayor potencial para lograr el embarazo. Por otro lado, una respuesta exagerada de los ovarios se ha asociado a una menor calidad de óvulos y embriones. Fertypharm Test es el primer test genético de FSH que nace como una herramienta precisa para conocer de antemano cuál será la respuesta de cada paciente a la medicación.

Al iniciar un tratamiento, el ginecólogo especialista en reproducción asistida debe elegir el tipo de medicación y la dosis que se administrará a la paciente para obtener una respuesta óptima de los ovarios.

El principal fármaco administrado en protocolos de fecundación in vitro es la FSH (del inglés Hormona Folículo Estimulante), que en las mujeres regula el crecimiento y la maduración de los óvulos. Esta hormona se secreta en la hipófisis y tiene sus receptores en las células de la granulosa que recubren el óvulo.

Múltiples estudios, entre los que se encuentran los publicados por el Instituto Bernabeu de Alicante, han demostrado que pequeñas variaciones genéticas (polimorfismos) pueden modificar la respuesta de cada paciente a la estimulación ovárica, y con ello las posibilidades de éxito del ciclo.

Con el fin de establecer el tipo de FSH y la dosis necesaria para cada paciente, se han usado tradicionalmente parámetros como la edad, los niveles hormonales y la ecografía de los ovarios. Sin embargo, hasta ahora no existía ningún método realmente eficaz para tomar esta decisión de forma personalizada para cada paciente.

Entre pacientes con los mismos valores pronóstico, la respuesta a los fármacos administrados puede ser considerablemente distinta. Pequeñas variaciones genéticas pueden incrementar o reducir la eficacia de los receptores que para esta hormona existen en el ovario. También pueden existir diferencias importantes en otros genes relacionados con el proceso de crecimiento y maduración de los óvulos.

Por este motivo, el test analiza variantes genéticas relacionadas con los receptores de FSH y el crecimiento de los folículos en el ovario. Es por lo tanto el primer test que aplica la llamada farmacogenética a la reproducción asistida.

El test se lleva a cabo mediante una muestra de sangre o de saliva y sus resultados, junto con los parámetros usados tradicionalmente (edad, niveles hormonales, ecografía ovárica, etc) permiten al ginecólogo establecer un mejor diagnóstico y elegir la medicación, el tipo de hormona y la dosis más adecuada para cada paciente de forma individualizada. De éste modo se obtienen unos mejores resultados y se ofrece mayor seguridad y bienestar a la paciente.