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En los últimos años ha aumentado la cantidad de personas con sida y hepatitis B que recurren a las técnicas de reproducción asistida para poder tener un bebé sano.

Durante las II Jornadas de Reproducción Humana que han tenido lugar en Úbeda (Jaén), se ha destacado el aumento de pacientes con infección crónica, como hepatitis B, C o Sida, que recurren a la medicina reproductiva.

Según José Francisco Montoro, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda «desde hace algunos años se ha constatado un incremento en el número de estos pacientes que solicitan ser sometidos a técnicas de Reproducción Asistida».

Algunas enfermedades de transmisión sexual tienen efectos negativos sobre la fertilidad. La tasa de éxito de los tratamientos de reproducción asistida se puede ver afectada en estos pacientes. «Existen datos que sostienen la hipótesis de que la infección por VIH puede tener efectos negativos sobre la fertilidad. Por eso, estos hombres pueden tener disminuida la función testicular».

La transmisión de estas tres infecciones (hepatitis B, C y Sida) es por vía parenteral, sexual y vertical, «por lo que nos preocupa el riesgo de transmisión de estos virus derivado de los procedimientos terapéuticos que incluyen la manipulación de gametos y embriones», explica Montoro.

Aunque cabe decir que hoy en día las clínicas de reproducción asistida cuentan con los elementos necesarios de seguridad biológica para eliminar el riesgo de que se transmitan esas infecciones.

Durante las jornadas se han debatido otras cuestiones relativas a la preservación de la fertilidad en mujeres y en hombres con cáncer. Así, se ha referido a las técnicas que más se emplean para que las mujeres que han tenido un cáncer puedan ser madre, entre ellas, la congelación de embriones ya fecundados, la vitrificación de ovocitos, la congelación de tejido ovárico, la protección médica de las gónadas, la transposición de ovarios y la maduración in vitro de los ovocitos. En el caso del varón, lo que más se utiliza es la crioconservación del semen.

Igualmente, la mejora en los tratamientos oncológicos y la eficacia de los programas de cribado precoz ha permitido aumentar la tasa de curación y la supervivencia de los pacientes con cáncer «y, por eso, la función ovárica y el mantenimiento de la fertilidad son dos aspectos que cada vez preocupan más a las mujeres que han tenido un cáncer».