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La mitad de la población española muestra grandes deseos de tener un hijo y los que no suele ser por motivos económicos o desconfianza en el futuro. Pero un 15% de las parejas en edad fértil necesita recurrir a la medicina reproductiva para poder ser padres. Esto influye en el estado emocional de las personas: un 20% de pacientes de reproducción asistida tiene ansiedad al empezar el tratamiento y un 10% sufre depresión.

La Clínica Eugin ha realizado un estudio titulado “Causas del retraso en la maternidad y sus consecuencias” que indica que el hecho de no tener hijos supondría un impacto emocional importante para el 67,5% de los españoles, especialmente para las mujeres (69,3%) frente al 60,7% de los hombres, y para los que tienen entre 30 y 39 años (71,7%).

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, hoy por hoy la media de edad en España de tener el primer hijo es de 31,2 años. El gerente de la Clínica Eugin, Andrés Rebage, explica que “el objetivo principal del estudio ha consistido en descubrir los motivos que influyen en el retraso en la maternidad en nuestro país, conocer los factores que determinan el momento de ser padres y valorar la confianza en las técnicas de reproducción asistida, incluida la congelación de óvulos como alternativa para retrasar la maternidad de forma voluntaria y en el tiempo oportuno”.

El estudio también indica que casi la mitad de la población de entre 30 y 39 años siente un alto deseo de tener un hijo, cifra mayor entre las mujeres (48,5%) que entre los hombres (43,7%). Las personas que en cambio no presentan intención de ser padres suelen atribuirlo a las dificultades económicas (39,7%) y la falta de confianza en el futuro (30,3%).

La psicóloga de la Clínica Eugin, Dolors Cirera, señala que “el impacto emocional de no poder tener hijos de forma natural es tan elevado que según datos de un estudio presentado en el último Congreso de la Sociedad Española de Fertilidad, alrededor del 20% de las pacientes presentaban síntomas importantes de ansiedad y un 10% de depresión al inicio de un tratamiento de reproducción asistida”.

A nivel social, la edad ideal para convertirse en padres parece ser entre los 30 y los 40, según indican más de la mitad de los encuestados. Sin embargo, la cuestión biológica no acompaña. Como explica la Dra. Valerie Vernaeve, Directora Médica de la Clínica Eugin, “a partir de los 30 años las posibilidades de quedarse embarazada con los propios óvulos disminuyen cada año, esto significa que a los 30 las probabilidades son del 78%, y se van reduciendo puesto que a los 35 años son del 57% y a partir de los 40 es difícil quedarse embarazada con los propios óvulos”.

Entre los factores que más afectan el retraso de la maternidad, destacan el hecho de conseguir una mayor estabilidad económica (73,7%), disfrutar del ámbito personal (34,8%) y desarrollar una carrera profesional (31,5%).

En cuanto a las opciones de conciliación familiar y laboral, el 95% afirma que en las empresas se dan pocas facilidades para tener hijos y 8 de cada 10 entrevistados coinciden en que dentro de la pareja son las mujeres las que se ocupan principalmente de ellos, opinión secundada en mucha mayor medida por las mujeres (84,2%) que por los hombres (59%). Además, cerca del 60% considera que el hecho de tener hijos afecta sensiblemente al tiempo que se dedica a la pareja.

En cuanto al hecho de recurrir a la reproducción asistida, casi seis de cada diez participantes (57%) en el estudio se plantearían recurrir a técnicas de fertilidad en caso de no poder tener hijos de forma natural. Este planteamiento es mayor entre las mujeres (57,8%), aquellos entre 30-39 años (60,1%), los que ya tienen un hijo (63,7%) y los que manifiestan una probabilidad alta de tener hijos en el futuro (69,4%).

El 66,9% de los entrevistados muestra una gran confianza en las técnicas de reproducción asistida, y en concreto un 49,7% confiaría en la técnica de congelación de óvulos para retrasar la maternidad de forma voluntaria. De hecho, el 18,2% de las mujeres considera probable congelar sus óvulos en el futuro, cifra que se incrementa al 26% en el caso de los hombres que estarían de acuerdo en que su pareja se sometiera a dicho procedimiento. Sin embargo, un 40% de las mujeres desconoce la posibilidad de recurrir a esta técnica.

En este sentido, la Dra. Vernaeve considera que «la técnica de congelación de óvulos supone una opción rápida y cómoda para conservar la calidad de los óvulos saludables de la mujer al mismo tiempo que se asegura la transmisión del propio ADN a los hijos».