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En los últimos años ha aumentado la cantidad de mujeres de más de 35 años que acuden a centros de fertilidad para poder ser madres. La edad media de las pacientes de reproducción asistida es de 37 años, edad en la que disminuye la reserva ovárica y los óvulos son de peor calidad.

La precariedad laboral y la incertidumbre económica están provocando que muchas parejas en edad reproductiva retrasen la decisión de tener un hijo pensando que aún tienen tiempo por delante para plantearse la maternidad. De hecho, en los últimos tres años ha aumentado la edad media de los pacientes que acuden a las clínicas de reproducción asistida. Según datos de la clínica Ginefiv, actualmente la edad media de las mujeres que visitan una clínica para pedir ayuda es de más de 37 años, cifra superior a la edad recomendada para planear un primer embarazo, que suele ser entre los 28 a los 32 años.

Por ello, la clínica Ginefiv ha lanzado una campaña para que el factor económico no sea una barrera a la hora de decidir tener un hijo y facilitar el acceso a los tratamientos de reproducción asistida. El centro de reproducción asistida ofrece un programa para financiar el tratamiento sin intereses hasta 12 meses.

“En 2007, los pacientes mayores de 35 años sólo suponían el 48% de nuestra clínica, pero hoy representan más del 62%, por lo que ha aumentado en casi 20 puntos, principalmente a consecuencia de los factores socio-económicos de estos últimos años”, señala la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología de la clínica de reproducción asistida Ginefiv. “En contraposición, las pacientes más jóvenes y en mejor estado reproductivo, es decir, aquellas que oscilan entre los 30 a los 35 años, han descendido. Mientras que en 2007 representaban el 36%, ahora sólo son el 26%”.

Según los expertos, a partir de los 37 años la mujer comienza a tener dificultades, ya que no solo disminuye claramente la reserva ovárica sino que los óvulos son de peor calidad. “Ante la actual coyuntura, es lógico que las parejas prioricen la estabilidad financiera, pero muchas de ellas no son conscientes de que cuanto más tarde retrasen la hora de tener un hijo, mayores serán las dificultades de concebirlo y mayores los riesgos que pueden aparecer durante la gestación”, explica la doctora.

Las posibilidades de embarazo natural a partir de los 42 años son muy bajas, ya que los óvulos son escasos y suelen tener anomalías cromosómicas. “Es fundamental concienciar a la población de que el factor tiempo es clave en la reproducción, ya que limita el éxito de los resultados esperados. Por encima de los 43, las posibilidades de gestar un hijo con ovocitos propios es realmente difícil, por lo que deberemos recurrir a óvulos de donantes que luego puedan ser fecundados con esperma del marido o de un donante”, afirma la doctora.