Invitro TV
La redacción de Invitro TV está compuesta por profesionales de la comunicación y de la reproducción asistida, que trabajamos para ofrecerte los mejores contenidos.

Cada año, más de 8.000 pacientes del resto de Europa vienen a España para realizarse un tratamiento de reproducción asistida. Esto es así porque la legislación en medicina reproductiva es más progresista aquí que en otros países, pero sobretodo por la alta calidad de los centros de fertilidad en nuestro país, la profesionalidad y los buenos resultados.

Los meses de verano son la época del año en que más aumenta el volumen de mujeres europeas que viajan a España para llevar a cabo un tratamiento de fertilidad. Y es que muchas parejas aprovechan el tiempo de sus vacaciones para realizar un tratamiento de reproducción asistida, según afirma Carmen Calatayud, codirectora de CREA, centro médico de reproducción asistida con sede en Valencia. De todos modos, no se trata tampoco de un fenómeno turístico, ya que no es un viaje de placer sino una necesidad médica.

La especialista explica que los datos del grupo “Fertility Counts” indican que cada año unas 25.000 europeas viajan dentro de Europa para realizarse un tratamiento de reproducción asistida, y la tercera parte de ellas lo hace en España. “Inicialmente, el primer motivo de este flujo migratorio se debía a que la ley española de reproducción asistida permitía técnicas como la donación de óvulos o la selección genética de embriones, no permitidos en otros países”.

Sin embargo, “hoy en día la calidad asistencial que ofrecen los centros españoles en medicina reproductiva se ha convertido en la principal motivación y un buen indicador de ello es que cada vez hay mayor demanda en tratamientos que sí pueden realizarse en su país de origen”, remarca la doctora Calatayud.

Cabe recordar que, aunque la legislación en medicina reproductiva sea más progresista en España que en otros países de Europa, es igual de rigurosa, ya que aplica todos los requisitos que deben cumplir los donantes y realiza todos los estudios que hay que realizar.

En cuanto a los tratamientos, los más habituales son los que requieren de donación de óvulos y de semen. Calatayud explica que “la donación de gametos está prohibida en determinados países extranjeros y donde no lo está, no se realiza de forma anónima, lo que produce que las donaciones sean escasas y las listas de espera interminables”.

Otros acuden a los centros para realizarse un diagnóstico genético preimplantacional para seleccionar embriones sanos ya que algún miembro de la pareja padece alguna enfermedad hereditaria.

Y respecto al perfil de los pacientes extranjeros, según la experta vienen tanto mujeres casadas, como solteras y parejas homosexuales.  Mayoritariamente provienen del Reino Unido, Italia y Francia.