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El 15% de la población en edad fértil tiene dificultades para concebir. Cuando una pareja se encuentra en estas circunstancias, es importante realizar un estudio de los dos miembros, ya que en un 40% de los casos el problema tiene su origen en el hombre, en otro 40% parte de la mujer y en el 20% restante son los dos los que presentan alguna dificultad. De los hombres con problemas para fecundar, 1 de cada 5 presenta incapacidad para producir espermatozoides.

Lo ha constatado el servicio de Urología del Hospital Universitario de Canarias, que atiende cada año a 200 nuevos pacientes que detectan algún impedimento a la hora de fecundar a su pareja. Tras realizar los estudios pertinentes, los médicos descubren que un 20% sufre azoospermia, es decir, no puede crear espermatozoides. Según el urólogo del HUC, Pedro Gutiérrez, la azoospermia tiene un origen genético en la mayoría de los casos y «aunque no existen estudios rigurosos al respecto, se vincula con procesos ambientales, especialmente en pacientes que se han sometido a tratamientos de quimioterapia».

El 80% restante de los varones con problemas de fertilidad presentan escaso número de espermatozoides o baja motilidad, que es la falta de rapidez o movilidad. «Para que se produzca la fecundación es necesario que lleguen los espermatozoides más rápidos», señala Pedro Gutiérrez. Esto es importante porque alcanzar el óvulo en la trompa de Falopio supone al gameto «una distancia similar a unos 200 kilómetros para un ser humano… Y lo deben hacer reptando». Este problema se detecta gracias a una prueba denominada seminograma.

La baja motilidad de los espermatozoides puede ser debida a cuestiones biológicas como la inflamación de los testículos o la dilatación de las venas en el aparato reproductor masculino. También afectan otros factores como los hábitos alimenticios y el consumo de tabaco y alcohol, que disminuyen la calidad del esperma. Además, afirma el doctor Gutiérrez que  «cada vez son más los estudios que apuntan a causas como los trabajos realizados en ambientes contaminados o en los que se empleen fertilizantes».

Cuando un paciente acude al urólogo, no sólo se realiza un seminograma sino que también se hace un estudio de sus hábitos. Según Gutiérrez, “el proceso celular por el que se genera un espermatozoide es tan delicado que cualquier alteración puede provocar problemas”. Así pues, es muy útil conocer todos los detalles biológicos y ambientales para poder realizar el tratamiento adecuado.

Actualmente, gracias a las técnicas de reproducción asistida es posible provocar el embarazo. En la mayoría de los tratamientos se utilizan espermatozoides del propio varón. Pedro Gutiérrez indica que “lo que se hace es concentrar el eyaculado para que los espermatozoides ganen en velocidad: en menor volumen se logra una mayor movilidad de los gametos”.