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Más de 150 matrimonios acuden cada año a las instalaciones del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) Castellón para informarse sobre los tratamientos de reproducción asistida. Expertos del centro aseguran que, en los últimos años, la difícil coyuntura económica ha hecho que muchos de sus pacientes renuncien a repetir el tratamiento si no funciona a la primera.

Son muchos los castellonenses que renuncian a la paternidad, por lo menos de momento, a causa de la crisis económica. Según cálculos de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu), el coste medio anual por hijo durante sus 18 primeros años de vida es como mínimo de 5.500 euros.

Pero esto no es todo. La cosa se complica en el caso de las parejas que deben recurrir a las técnicas de reproducción asistida para cumplir el deseo de ser padres, ya que cada intento para lograr un embarazo puede suponer un desembolso de hasta 7.000 euros. Por este motivo, muchas de las parejas que acuden en IVI Castellón se lo piensan dos veces antes de repetir el proceso.

No obstante, cabe destacar que las parejas que acuden al IVI para tratar de ver cumplido su deseo de tener descendencia pueden escoger entre diversas opciones. La más sencilla y habitual, y también la más económica, ya que cada intento cuesta unos 1.000 euros de media , es la técnica de la inseminación artificial, ya sea con esperma de un donante anónimo o del futuro padre.

El director de la clínica, el Dr. Manuel Rodríguez, asegura que este precio se multiplica por cinco si se apuesta por la fecundación in vitro (FIV) con óvulos propios, mientras que si éstos son donados el importe a desembolsar por cada tratamiento oscila entre los 6.000 y los 7.000 euros.

Rodríguez explica que el perfil de las parejas que recurren a las técnicas de reproducción asistida para tener hijos es muy variado: desde gente joven que lleva tiempo intentándolo y no lo consigue, hasta matrimonios en segundas nupcias que ya tienen hijos de relaciones anteriores pero que, o bien el hombre se había practicado la vasectomía, o la mujer se había hecho una ligadura de trompas. Además, el experto indica que también hay parejas mayores a las que, de repente, les ha entrado el gusanillo de la paternidad.

El mismo experto lamenta que a veces hay que hacer dos o más intentos, cosa que para algunas parejas resulta inviable económicamente de manera que esta falta de recursos derivada de la difícil situación financiera actual obliga a muchos castellonenses a renunciar a la paternidad.