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Un buen candidato a donante de semen debe tener entre 18 y 35 años, contar con una calidad espermática alta, presentar un buen estado de salud, no padecer ninguna enfermedad hereditaria, no ser portador de enfermedades de transmisión sexual y superar un test psicológico.

No todos los hombres que lo desean pueden ser donantes de semen. Un buen aspirante debe encontrarse en edad fértil (18-35 años), tener una alta calidad espermática, presentar un buen estado de salud, tanto física y mental, no padecer ninguna enfermedad hereditaria ni infecciones por el VIH, Hepatitis B o C, sífilis, herpes, citomegalovirus y no debe presentar infecciones bacterianas en el semen o en la sangre.

Según datos de la clínica de reproducción asistida Ginefiv (Madrid), sólo el 10% de los aspirantes a donantes de semen lo consiguen. Para que una muestra de semen sea buena debe contener 20 millones de espermatozoides por mililitro, según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Vicente Badajoz, coordinador de laboratorio de Ginefiv, explica que aunque hasta hace poco tiempo los donantes de esperma acudían a las clínicas de reproducción asistida por una motivación económica, en los últimos años hay una clara tendencia de hombres a los que les mueve un motivo altruista a la hora de donar semen, como tener amigos o familiares con problemas de esterilidad.

Sin embargo, los aspirantes a donantes deben tener en cuenta que es muy frecuente no ser elegido para donar, cosa que no implica ser infértil, sino que la calidad del semen debe ser muy alta para lograr la fecundación de la pareja a la que se vaya a ayudar.

Cabe destacar que los expertos de este mismo centro recuerdan que la calidad del semen de los españoles ha empeorado mucho en los últimos años y que el estrés, la contaminación ambiental, los aditivos alimenticios, la exposición al calor, el tabaco, el alcohol e incluso el uso de ropa interior ajustada tampoco juegan a favor de la fertilidad del varón.