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La nueva ley de reproducción asistida obligará a los donantes de semen y óvulos a demostrar que sus genes son aptos.

El Ministerio de Sanidad asegura que la Comisión Nacional de Reproducción Asistida está trabajando en el borrador de real decreto de la que será la tercera ley que regula el sector de las clínicas de infertilidad en poco más de seis años. El borrador incluye una serie de medidas encaminadas a garantizar la calidad genética de los donantes de semen y óvulos y también informa que se desarrollará, entre otras cosas, el primer Registro Nacional de Donantes, que ha de servir para evitar que de una misma persona nazcan más de seis niños, incluyendo los que se decidan tener en el ámbito privado.

Las nuevas medidas que incluye el borrador para garantizar así la calidad genética de los donantes consistirán en análisis de ADN más exhaustivos, como la prueba cromosomática llamada cariotipo que permitirá detectar anomalías congénitas ocultas en el donante. Además, la Comisión del Ministerio de Sanidad también planea implantar pruebas para detectar las dos o tres enfermedades genéticas más comunes, para evitar así que personas que porten la dolencia transmitan los genes implicados cuando donen.

El vocal de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), Juan Antonio García Velasco, explica que las pruebas que marca la ley son claramente mejorables, ya que con las técnicas actuales es muy difícil averiguar si un donante va a propiciar que su descendencia desarrolle en el futuro alguna enfermedad grave. El presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, José Bajo Arenas, criticó la iniciativa al considerar que pruebas como la del cariotipo vayan a aportar mucho, ya que en su opinión, afirma que esta prueba no permite determinar la presencia o riesgo de enfermedades futuras con precisión.

Por otro lado, el Registro Nacional de Donantes es una exigencia de la Directiva Europea de Reproducción Asistida –ya recogida en la primera ley de 1986–, y que todavía no se ha implementado. García Velasco cree que es inconcebible que un país como España, que está en la vanguardia mundial en infertilidad, tanto a nivel público como privado, no tenga un registro estatal. Aunque la ley limita el número de descendientes de un único donante, Velasco señala que no se pueden controlar cuántas veces donan o qué se hace con sus gametos en las clínicas. Además, García Velasco añade que los datos de los distintos centros no se comparten.

Según datos de 2006 recogidos por la SEF, en nuestro país, se registran al año unos 10.000 nacimientos producto de algún tratamiento de fecundación asistida. De ellos, aproximadamente uno de cada cuatro son múltiples (gemelos, mellizos o trillizos), y sólo 352 nacieron tras un proceso de selección por diagnóstico genético preimplantacional (DGP).

A nivel mundial, cabe destacar que, según un estudio de la Universidad británica de Oxford, ya son más de 250.000 los bebés nacidos al año a través de tratamientos de infertilidad en alguna de las 1.563 clínicas especializadas que existen en 53 países de nuestro planeta.