Josep Oliveras
Josep Oliveras.
Biólogo especialista en técnicas de reproducción humana asistida.

Ayer leíamos con estupor la noticia de que una mujer ha embarazado a sus 72 años fruto de un tratamiento de Fecundación in vitro en la India.

No es raro que a los profesionales de la reproducción asistida se nos reproche que estamos ayudando a mujeres demasiado mayores a ser madres. El caso mencionado está fuera de toda discusión, pero ¿debería existir un límite de edad en tratamientos de reproducción asistida?

Límite de edad en tratamientos de reproducción asistida por la Seguridad Social

En la mayoría de países de la Comunidad Europea existe, en mayor o menor medida, cobertura pública para los tratamientos de reproducción asistida. Ante la obligación de los gestores públicos de garantizar la mayor cobertura con unos recursos económicos limitados, la edad de la mujer es uno de los principales criterios de inclusión.

En general, el límite de edad se sitúa entorno a los 40 años, pero existen variaciones entre países. Como ejemplo, en el año 2013  el Instituto Nacional de Excelencia Clínica del Reino Unido publicó sus nuevas guías clínicas sobre el tratamiento de la infertilidad en el sistema de sanidad público británico. Entre otras modificaciones, se amplió el límite de edad de 39 a 42 años, aplicando sin embargo unos criterios más restrictivos en pacientes mayores de 40 años.

En el sistema sanitario público español, los criterios de aceptación se describen en la Orden SSI/2065/2014, por la que se modifican los anexos I, II y III del Real Decreto 1030/2006. En este documento se establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud, entre los que se encuentra la reproducción humana asistida.

La citada norma establece como límite general, los 40 años de edad en el caso de la mujer y los 55 en el caso de los hombres. En el caso de la inseminación artificial con semen de la pareja, la edad límite de la mujer se establece en los 38 años. Los embriones que hayan podido ser criopreservados como fruto de dichos tratamientos podrán ser transferidos siempre y cuando la mujer no exceda los 50 años de edad.

Límite de edad en tratamientos de reproducción asistida en clínicas privadas

La legislación española no establece una edad límite en la mujer para someterse a tratamientos de reproducción asistida. No obstante especifica que “las técnicas de reproducción asistida se realizarán solamente cuando haya posibilidades razonables de éxito y no supongan riesgo grave para la salud física o psíquica de la mujer, que deberá haber sido informada previamente de las posibilidades de éxito, los riesgos y las condiciones de aplicación

Por este motivo, existe un consenso generalizado entre las clínicas de reproducción asistida para no aceptar a mujeres mayores de 50 años, coincidiendo con la edad en que la mayoría de las mujeres entran en el período de la menopausia. A medida que la paciente se acerca a esa edad límite, la mayoría de profesionales recomiendan realizar más pruebas médicas con el fin de minimizar las posibles complicaciones durante el embarazo.

Conviene recordar en este punto que la gestación a edades avanzadas conlleva riesgos tanto para la madre como para el feto.La mayoría de tratamientos de reproducción asistida en mujeres mayores de 40 años se realizan con óvulos de donante, por lo que el riesgo de anomalías cromosómicas en el feto es muy bajo. Sin embargo, se aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial, diabetes gestacional y parto prematuro.

En casos de ovodonación especialmente en mujeres de edad avanzada se recomienda transferir un sólo embrión puesto que un embarazo gemelar aumentaría aún mucho más todos estos riesgos.

Consideraciones éticas

El principal dilema que subyace en los tratamientos de reproducción asistida a una edad muy superior a la que se produce en condiciones naturales es la contraposición del derecho de una persona o pareja a concebir y el del recién nacido a crecer en un núcleo familiar ( ya sea monoparental o biparental) que le permita desarrollarse plenamente.

En este sentido, debemos tener en cuenta que la esperanza de vida ha aumentado significativamente en los últimos años, pasando de los 77 años en 1990 hasta más allá de los 81 en 2013. Además, también parece lógico pensar que debido a nuestro modelo social probablemente una madre tardía tenga más tiempo para compartir con su hijo que una mujer joven.

También sería necesario considerar el modelo de familia en el que nacerá el bebé, puesto que puede tratarse de una madre soltera de edad avanzada o de una mujer con una pareja 20 años más joven.

Como hemos visto, las complicaciones durante el embarazo aumentan a medida que lo hace la edad de la mujer gestante. Sin embargo, es difícil establecer un límite genérico de edad, por lo que parece razonable personalizar cada caso. En el otro lado de la balanza, tratándose de medicina privada puede existir conflicto de intereses y discrepancias entre profesionales.

Como resumen, parece necesario estimular el debate social, debidamente informado, con el fin de ahondar en este tema. Sólo así lograremos que las técnicas que se pueden aplicar científicamente también sean aplicadas de forma responsable.