Miren Mandiola
Miren Mandiola
Directora del Laboratorio de Reproducción Asistida y Genética del Hospital Quirón Donostia

¿Qué es el Embryoscope y qué aporta a un laboratorio de reproducción asistida?

La Reproducción Asistida es una especialidad que exige a los profesionales que la ejercemos, un servicio en el que debemos combinar la tecnología más sofisticada con la atención más humana y personalizada posible. Por este motivo, estamos convencidos de que invertir en un laboratorio puntero dotado de los dispositivos más vanguardistas es un acierto tan grande como tener en cuenta desde el primer momento el torbellino emocional por el que atraviesan los pacientes que llegan a nuestras consultas.

Uno de los ingenios tecnológicos que más alegrías nos está dando en la URA Quirón Donostia es el Embryoscope, un equipamiento que nace de la fusión de un incubador biológico y un sistema de microscopía y fotografía y que ha repercutido notablemente en la tasa de éxito de nuestro centro.

¿Cómo funciona el Embryoscope?

Su funcionamiento se basa en el timelapse, una técnica que se usa para mostrar en un periodo breve de tiempo acciones que por regla general suceden de manera muy lenta; tanto que es imperceptible para el ojo humano. Los aficionados al cine o la fotografía seguro que están muy familiarizado con este concepto, ya que se usa mucho en piezas audiovisuales en las que se refleja el movimiento de las nubes, el crecimiento de una flor y su apertura, una puesta de sol….

Si trasladamos este procedimiento a la embriología, nos encontramos con que Embryoscope nos permite obtener imágenes de los embriones cada 10-20 minutos durante todo su desarrollo. Es decir, tenemos la posibilidad de verlo desde el mismo momento de la fecundación hasta la transferencia embrionaria. El propio dispositivo genera un vídeo desde el inicio concreto de una nueva vida. No obstante, las utilidades del embrioscopio van mucho más allá de ser una cámara fotográfica muy sofisticada. Además de eso, Embryoscope es un incubador que hace posible que los embriones se desarrollen en las condiciones idóneas y que, además, podamos observar la evolución de los mismos sin tener que extraerlos del incubador; un factor fundamental para que este tejido tan preciado y delicado no sufra daños al manipularlos.

El embrión no sufre fluctuaciones en sus condiciones de cultivo al llevarlos al microscopio cada día, ni cambios de temperatura, luz, etcétera. En definitiva, tenemos un mayor control sobre este proceso, mejoramos las condiciones de observación y manipulación y podemos evaluar la progresión del desarrollo tanto con criterios morfológicos puntuales, como con criterios evolutivos; todos ellos dinámicos; lo que supone un salto cualitativo esencial con respecto a la tecnología disponible hasta ahora.

Para terminar de enumerar sus ventajas, decir que esta herramienta tecnológica nos permite observar la dinámica embrionaria apartándonos de la clasificación estática convencional, en la que sólo se lleva a cabo una observación cada 24 horas. Gracias a este dispositivo tenemos acceso a la valoración de diversos aspectos del ritmo de división celular, vemos cómo se estructuran las blastómeras y cómo cambian en el tiempo aspectos citoplasmáticos y nucleares. El comportamiento de los embriones es verdaderamente sorprendente y tener toda esta información de manera continua nos ayuda a comprender mejor el proceso del inicio de la vida y, en consecuencia, a mejorar los procedimientos asistidos.

Toda esta acumulación de datos nos facilita la tarea de establecer nuevos criterios de exclusión embrionaria que hasta hace poco eran poco conocidos, pero que están directamente relacionados con las tasas bajas de implantación, con la inviabilidad de los embriones transferidos… en resumen, afinamos en lo referente al pronóstico de la gestación y logramos una mayor capacidad de implantación embrionaria para lograr el objetivo final: un niño sano.