Es más conocida con el nombre de impotencia y es la incapacidad repetida de conseguir o mantener una erección que sea lo suficientemente firme como para poder establecer una relación sexual. Puede tratarse de una incapacidad total de erección, una capacidad inconsistente para hacerlo o que existan solamente erecciones breves.

La disfunción eréctil es una alteración cuya incidencia aumenta con la edad. A mayor edad, mayor riesgo de padecerla. Esta alteración es causada por una llegada insuficiente de sangre a los conductos cavernosos del pene, que son los responsables de la erección.

Mayoritariamente, la disfunción eréctil es producida por causas psicológicas. Sin embargo, debido a la vulnerabilidad de los mecanismos hormonales, vasculares y neurológicos que controlan la erección, ésta puede producirse por causas fisiológicas. En el hombre la diabetes puede también provocar disfunción eréctil.

En cuanto a su tratamiento existen distintas opciones atendiendo a cada caso en particular: fármacos orales, inyecciones intrapeníanas, dispositivos de vació y terapias psico-sexuales.

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